El chakra del corazón es el umbral a través del cual podemos salir de nuestro propio ego. Es el paso hacia una realidad mucho más expansiva que nosotros mismos. Detrás de ese paso está la fuerza más grande que contiene este centro del cuerpo: el verdadero y profundo amor.
El amor que nace en Anahata no es solamente un amor sexual ni platónico, ni amor hacia nosotros mismos. Es un amor hacia todo lo que contiene la existencia. Nos nutre, nos sana, nos enaltece. Nos conecta con lo divino. Anahata, en sanscrito, significa “algo que no ha sido quebrado o herido”: esto es lo que tenemos todos en nuestro interior. Solo hay que saber acceder a él.
Nuestra evolución, visto desde los chakras, comienza en los más bajo de la columna vertebral. Nacemos y establecemos nuestra conexión con la Tierra en Muladhara, el primer chakra. A partir del segundo chakra, Svadisthana, creamos nuestra identidad. En el tercero, Manipura, comenzamos a proyectarnos hacia el mundo. Cuando llegamos al cuarto, pegamos ese salto hacia el más allá.
Anahata es como un umbral entre lo terrenal y lo etéreo. Es el lugar donde confluyen las energías yin (que sube desde la Tierra) y yang (que viene desde arriba), la luna y el sol, los costados derecho e izquierdo del cuerpo. Aquí es donde uno tiene que tomar una decisión: vivir su vida según sus miedos o según el amor. Cuando uno elige el amor, confiar en el sentido elevado de la vida, dejar fluir, se abre el chakra y nos permite seguir el viaje hacia los chakras superiores.
Si está bloqueado Anahata, los síntomas pueden ser la tristeza, la desconfianza, la ira y la irritabilidad, los celos, la posesividad, la crítica constante del otro, inestabilidad emocional, dificultad en las relaciones, miedo al futuro. Pueden aparecer problemas del corazón, pulmones, timo, pechos, piel, brazos y manos. Desde el punto de vista energético, todo está ligado a la incapacidad de afrontar los miedos y el temor ante la incertidumbre del mañana.
Cuando uno tiene equilibrio y apertura en este chakra, se siente cómodo en la vida, alegre y confiado. No hay dificultad en relacionarse con el otro, hay intimidad en la pareja, compasión hacia los demás, capacidad para perdonar y dejar ir y confianza hacia el futuro. El amor por todos los procesos de la vida hace que uno confíe, a pesar de la imprevisibilidad de la existencia.
Este es uno de los chakras mas fáciles de sentir—basta nomás poner una mano en el corazón y experimentar lo que produce ese gesto. Es una energía plena, hermosa, dulce y relajante. Un corazón abierto otorga fuerza, alegría y la confianza de saber que nuestros caminos están en buenas manos.
Técnicas para desbloquear o activar Anahata
Respiración: Cualquier forma de respiración o pranayama que uno practique ayuda a activar Anahata. La respiración misma actúa como un suave masaje al corazón. El aire, el elemento base de Anahata, nos da vida a través del prana. El prana va llegando a todas las células, cada parte del cuerpo. Nuestro corazón y nuestros pulmones son alimentados con cada entrada de aire y el cuerpo entero se relaja con cada exhalación. El chakra se expande cada vez que respiramos con intención.
Asanas: Las posturas con mucha apertura de pecho, especialmente las que hacen que nos echemos hacia atrás, activan el chakra. El echarse para atrás implica tener confianza en que voy a estar bien. Tomar ese riesgo, enfrentarlo, ayuda a erradicar miedos y aumentar la fortaleza interior. Dhanurasana (arco), Urdhva dhanurasana (rueda), Bhujangasana (cobra), Ustrasana (camello), Trikonasana (triángulo), Wild Thing, Eka Pada Rajakapotasana, Supta baddha konasana.
Otras prácticas:
– Entonar el vocablo “a” en tres exhalaciones.
– Entonar el bija mantra “yam” en tres exhalaciones o durante la práctica de asanas.
– Masajear la parte interna del pie, justo por encima del metatarso del dedo gordo y la zona aledaña.
– Escuchar o cantar cualquier música que nos relaje o nos anime.
– Practicar la amabilidad.
– Incorporar suavidad a los movimientos, gestos, el habla, el tacto, etc.
– Conectarse con la naturaleza desde un lugar muy sensible.
– Tocar, abrazar, hacer cariños a otras personas y seres.
– Perdonar y dejar ir.
– Escribir, cada día, cinco cosas por las cuáles estamos agradecidos.
– Meditar con la intención de sanar a otra persona, ser, situación o mundo.
– Meditar con la visualización de la rueda verde de Anahata, girando en la zona del pecho y expandiéndose con cada respiración.
– Ubicar las manos en anjali mudra (palma contra palma), en frente del corazón.
– Cantar mantras a Shiva o Shakti.
– Ser generoso con el tiempo de uno, dinero, actividades, amor.
– Tirarse a una pileta/piscina de agua con total desinhibición.
Color: | Verde |
Lugar: | Pecho, espalda alta |
Elemento: | Aire |
Vocal: | “a” |
Mantra: | Yam |
Partes del cuerpo: | Corazón, pulmones, timo, piel, brazos, manos, espalda alta. |
Cualidades positivas: | Amor, generosidad, compasión, empatía, altruismo, apertura, confianza. |
Cualidades negativas: | Ira, celos, posesividad, insensibilidad, alcoholismo, drogadicción, indigencia, confusión, tristeza. |
Sentido: | Tacto. |
Deidad: | Shiva, Shakti (en sus varias manifestaciones). |
Referencias y más información:
Chakras, Usando el yoga para equilibrar los chakras de Mary Horsley. Gaia Ediciones, 2006.
http://jivamuktiyoga.com/teachings/focus-of-the-month/p/anahata-chakra-level-four